Que sirva, pues, para prepararnos bien a la Navidad.
Lo tenéis, en pdf, pinchando aquí.
La esperanza es algo constitutivo de la persona. El ser humano no puede vivir sin esperanza; dejaría de serlo. El hombre y la mujer necesitan un aliento de esperanza que anime su existencia y les haga vivir caminando hacia un futuro siempre mejor. Por eso, de todos los rasgos queparecen definir el perfil de la persona moderna, el más preocupante es, sin duda, la pérdida de esperanza. Cuando en una sociedad se pierde la esperanza, todo corre el riesgo de resquebrajarse y degradarse.
Desde una perspectiva cristiana, se puede decir que creer en Jesucristo es, precisamente, descubrir en Él la esperanza última que anima la existencia humana. Por eso, si un cristiano pierde la esperanza, lo ha perdido todo. Sin la esperanza, el cristianismo se vacía de vida y pierde todo su vigor. De ahí que la Iglesia haya de recordar siempre que está llamada a ser "la comunidad de la esperanza" y que su primera tarea es saber despertarla en medio del mundo. El Adviento es un tiempo en el que se nos invita a renovar la esperanza.
Que la escucha de la Palabra de Dios en este Adviento, nos ayude a recuperar algunos rasgos de la esperanza cristiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario