Carta del Grupo MAR (Más allá del Resentimiento) - Cristian@s LGTB
Málaga, a 27 de Enero de 2014
Estimado don Fernando Sebastián Aguilar,
Nos
dirigimos a usted desde el grupo MAR (Más Allá del Resentimiento), de
cristianos LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) de Málaga.
En este grupo compartimos nuestra fe desde el amor de Dios y el mensaje
de Jesucristo, considerándonos miembros de la Iglesia Católica.
Queremos
hacerle llegar una reflexión acerca de sus desafortunadas palabras en
el diario Sur del domingo 19 de Enero de 2014 acerca de las personas
homosexuales.
Usted
afirma que la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la
sexualidad, recogiendo la doctrina del magisterio de la Iglesia. Sin
embargo, desde 1973 la comunidad científica internacional considera que
la homosexualidad no es una enfermedad y la Organización Mundial de la
Salud la descatalogó en el año 1990 de su lista de enfermedades.
Asimismo, la ONU y otros organismos están luchando contra la LGTBfobia
(rechazo a las personas LGTB). Es por ello que después del daño
ocasionado debido a las llamadas “terapias reparadoras” de la
orientación sexual no debería hablar con ligereza sobre este tema.
Máxime cuando ha quedado demostrada su ineficacia, provocando un daño
irreparable para la persona y su entorno.
En
esa línea cabe mencionar que el Santo Padre hace referencia a que “en
su constante discernimiento, la Iglesia también puede llegar a reconocer
costumbres propias no directamente ligadas al núcleo del Evangelio,
algunas muy arraigadas a lo largo de la historia, que hoy ya no son
interpretadas de la misma manera y cuyo mensaje no suele ser percibido
adecuadamente (…) no tengamos miedo a revisarlas. Del mismo modo, hay
normas o preceptos eclesiales que pueden haber sido muy eficaces en
otras épocas pero que ya no tienen la misma fuerza educativa como cauces
de vida” (Gaudium Evagelii n. 43).
Usted
nos plantea una visión reduccionista del amor cuando lo orienta
únicamente a la procreación. Nuestro amor es fiel, irrevocable,
verdadero y abierto a la vida. Y sí, abierto a la vida, como demuestra
la realidad actual de muchas familias homoparentales que un sector de la
Iglesia no quiere ver, acoger ni acompañar.
Declaraciones
como las suyas fomentan LGTBfobia, lo que genera dolor individual en
las personas, porque crea conflictos internos que pueden llegar a
depresión e incluso suicidios, especialmente en una población tan
vulnerable como es la adolescente. En sus familias porque puede
producirse una fractura que daña la confianza y el amor filial y
fraternal. Y en su comunidad cristiana porque aviva el rechazo,
impidiendo ser un miembro más para vivir y ser acompañado en su fe. Esto
provoca el doloroso alejamiento de muchos cristianos LGTB.
La
Iglesia, que es madre, está llamada por Jesús “a ser la casa abierta
del Padre” (Gaudium Evangelii n. 47). Con esas actitudes no podemos
llevar el Evangelio de Jesús a tantas personas LGTB tan
necesitadas de la luz y el calor que nos da la fe en el Dios que nos ama
y acompaña plenificándonos la vida hasta la eternidad. Como dice el
papa Francisco, “la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde
hay lugar para cada uno con sus vidas a cuestas” (Gaudium Evangelii n.
51).
Este
grupo de cristianos le pedimos una disculpa pública por el daño causado
con sus palabras, le solicitamos una apertura en el campo de la
teología moral y le invitamos a conocer de cerca la realidad de nuestra
comunidad.
Grupo MAR
grupomarmalaga@gmail.com
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