21 de septiembre de 2015
Concentració "Encén-te pels drets" contra la pobresa i pels drets humans
Dijous 24 setembre 20 h.
Plaça de l'Ajuntament de València a les 20 hores
Acompanya'ns el dijous 24 de setembre a la Plaça de l'Ajuntament de València a les 20 hores. Porta un ciri i exigeix als Governs que la Cimera de les Nacions Unides, que arrancarà l'endemà, vaja més enllà de les paraules
Porta un ciri...
....i exigeix als Governs que la cimera de les Nacions Unides, que arrancarà l'endemà de la concentració, vaja més enllà de les paraules: Volem compromisos reals per la fi de la pobresa! Encén-te pels drets!
El pròxim 25 de setembre començarà la cimera de les Nacions Unides per a elaborar una agenda posterior als objectius del mil·lenni de 2015. Volem exigir als governs que no oferisquen només paraules, sinó que siguen responsables en la lluita contra la pobresa. El dijous 24 de setembre un acte simbòlic per a visibilitzar aquesta reivindicació.
--
Coordinadora Valenciana ONGD
C/ Moro Zeit,9 baix-esq.
46001 València
Tlf: 96 391 37 49
info@cvongd.org
www.cvongd.org
Facebook: Coordinadora Valenciana de ONGD
Twitter: @cvongd
POBRESA ZERO: LES PERSONES PRIMER, LA CRISI NO ÉS EXCUSA
www.pobresazero.org
19 de septiembre de 2015
V Asamblea de Redes Cristianas (Madrid, 10-11 oct)
V Asamblea de Redes Cristianas
Durante los días 10 y 11 de octubre de 2015 Redes Cristianas va a celebrar su V Asamblea General en Madrid.
Por coincidir con el 50 aniversario de la Clausura del Vaticano II,
—que ha supuesto un cambio de mentalidad en gran parte del mundo
católico —pretendemos recoger en esta Asamblea dos apuestas del Concilio
que, para nuestro propósito, revisten mayor importancia
DIEZ RETOS
Estos diez retos son el resultado de un sondeo reciente entre todos
los colectivos de Redes Cristianas y reducidos luego a un decálogo
por su Asamblea de Representantes. Los diez retos van a ser, están
siendo ya, los motivos que, se van a presentar, en forma de talleres,
en el desarrollo final de la V Asamblea, durante los días 10-12 de
octubre del presente año. De momento, están siendo trabajados por
diferentes colectivos, pero siguen abiertos a cuantos, individual o
grupalmente, quieran sumarse y participar.
Seguir leyendo----------------------
Estimados amigxs,
¡YA SOLO QUEDAN CUATRO SEMANAS para el inicio de la V Asamblea de redes Cristianas! No esperes para conseguir tu entrada lo antes posible a precio rebajado en http://entradium.com/es/entradas/v-asamblea-de-redes-cristianas
Así mismo, si te das prisa todavía podemos intentar gestionarte el alojamiento en la residencia de los Escolapios en la calle Gaztambide y en casas particulares. Escríbenos con tu solicitud lo antes posible a colectivos@redescristianas.net
Cuando os registremos al llegar al colegio Calasancio se os preguntará si váis a cenar el sábado 10 y/o comer el domingo 11, el precio será asequible.
¡NO PUEDES QUEDARTE SIN ENTRADA PARA ESTE EVENTO! Por los motivos que la han convocado y los objetivos que persigue, se promete como uno de los acontecimientos sociorreligiosos más importantes del año, desde una de las Redes que ya están operando más allá de nuestras fronteras.
Porque, a cincuenta años de la clausura del Vaticano II, esta red, donde se coordinan más de 140 colectivos militantes y presentes en toda la geografía española, sigue reivindicando para la Iglesia y para el mundo el espíritu humanitario y renovador del Concilio de los años 60 del pasado siglo.
Porque la presencia en Roma del papa Francisco está empezando a romper los fuertes candados con que los últimos papas habían encerrado a la Iglesia cristiana y está reconociendo las grandes aportaciones que en materia de espiritualidad, moralidad y pastoral había ido elaborando la reflexión teológica, singularmente la Teología de la Liberación.
Porque la situación mundial y nacional que estamos atravesando exigen unirnos todas las fuerzas, colectivos y movimientos que militan por la dignidad del ser humano contra la inmoralidad de los mercados y el frío capital.
Y tantos etcéteras que puedes ir añadiendo a esta hoja para justificar un encuentro como este.
La Asamblea se inaugura el sábado 10 de octubre por la tarde...¡Y tú aún no te has inscrito! ¡Corres el peligro de quedarte fuera del aforo! ¡Hazlo hoy mismo!
Recibe un cordial saludo,
14 de septiembre de 2015
Redes Cristianas
Etiquetas:
Convocatorias,
Redes Cristianas
15 de septiembre de 2015
Mensaje del 35 Congreso de Teología sobre “Las religiones: violencia y caminos de paz”

MENSAJE DEL 35 CONGRESO DE TEOLOGÍA SOBRE “LAS RELIGIONES: VIOLENCIA Y CAMINOS DE PAZ”
Celebrado en Madrid del 10 al 13 de septiembre de 2015
Del 10 al 13 de septiembre de 2015 hemos celebrado el 35
congreso de teología, que ha reunido a personas procedentes de los
diferentes países, continentes, culturas y religiones para reflexionar
sobre “las religiones, violencia y caminos de paz” y contribuir a la
construcción de un mundo más justo, pacífico y solidario.
- En el mundo existen hoy 42 conflictos armados, a los que hay que sumar la violencia de no pocos Gobiernos y de organizaciones terroristas contra la población civil. Estos conflictos están provocando destrucción de vidas humanas, deterioro de la naturaleza, eliminación de manifestaciones culturales milenarias, éxodos, desplazamientos y migraciones masivas, así como persecución de las minorías culturales y religiosas. En 2015 se han producido cerca de 3000 muertos en el Mediterráneo por las condiciones inhumanas en que centenares de miles de personas hacen la travesía, mientras que los capitales no tienen fronteras, circulan libremente y bajo la protección de los Gobiernos.
- En dichos conflictos intervienen factores económicos y políticos y juegan un papel importante, a veces decisivo, las religiones, que se convierten en fuente de violencia o, al menos, en justificación y vehículo de la misma. Una parte nada desdeñable de responsabilidad le corresponde a la globalización neoliberal, que se comporta de manera agresiva, e incluso violenta, con las identidades culturales y religiosas subalternas, cuyas tierras explotan las multinacionales en su propio beneficio con grave deterioro del medio ambiente y de la vida de las comunidades autóctonas.
- La violencia va unida estrechamente a la corrupción, la explotación de los seres humanos, la injusticia estructural y el incremento de las desigualdades. En Europa 123 millones de personas viven en situación de pobreza, mientras que hay 342000 millonarios. El 1% por ciento más rico tiene un tercio de la riqueza de todo el continente. El 30% de niñas y niños europeos viven por debajo del umbral de la pobreza. España es el cuarto país más desigual de la Unión Europea. Las situaciones de pobreza y desigualdad son más acusadas todavía en los continentes africano y latinoamericano. Es la violencia del sistema.
- La violencia tiene muchos rostros y un sinnúmero de manifestaciones. La más extrema es la violencia de género, instrumento permanente de poder y de dominación del patriarcado contra las mujeres, que desemboca en feminicidios masivos. En España, en los últimos trece años, se han producido 790 feminicidios. La violencia patriarcal está muy extendida entre los adolescentes y los jóvenes, en el mundo laboral, en la infancia, donde se produce de forma persistente y oculta. Hemos prestado especial atención a las niñas y los niños robados con la complicidad directa de instituciones católicas. A estas manifestaciones hay que sumar la violencia contra los homosexuales, bisexuales y transexuales.
- El feminismo responde a la violencia de género con un discurso crítico de la discriminación de las mujeres y unas prácticas fundadas en la igual dignidad de los seres humanos. La jerarquía católica, sin embargo, lejos de condenar la violencia patriarcal y homófoba, tiende a guardar silencio y lo que condena es la teoría de género. Ella misma ejerce la violencia contra las mujeres y las minorías sexuales al negarles el acceso al ministerio ordenado, excluirlas de los ámbitos de responsabilidad, negarles los derechos sexuales y reproductivos e imponerles una moral represiva.
- Como respuesta a las distintas formas de violencia creemos necesario un cambio de paradigma de las religiones con estas características: opción por las personas, colectivos, pueblos y continentes empobrecidos y discriminados; trabajo por la justicia y defensa de los derechos humanos, especialmente de las personas a quienes se les niegan dichos derechos; igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida religiosa; reconocimiento de las diferentes identidades sexuales; respeto al otro, a la otra, a las diferencias étnicas, culturales y religiosas; diálogo intra- e interreligioso; sostenibilidad, cuidado de la casa común y defensa de la biodiversidad; construcción de una cultura de paz a través de la colaboración en los acuerdos de paz y en la respuesta negociada a los conflictos; hospitalidad. Sólo así dejarán de ser fuentes de violencia y se convertirán en caminos de paz.
- Pedimos a los Estados el desarme militar y el rearme moral, la sustitución de la carrera armamentística y del comercio de armas por políticas de cooperación con los países del Sur, la superación del etnocentrismo y el desarrollo de políticas de solidaridad y de acogida, la apertura de fronteras a todas las personas inmigrantes, refugiadas y desplazadas por el hambre, la intolerancia religiosa y la persecución política. El asilo es un derecho humano, que a nadie se le puede negarse.
- Pedimos a las religiones y a sus dirigentes que eliminen las fronteras religiosas que separan y a veces desembocan en guerras de religiones, elaboren discursos y prácticas de solidaridad, superen la endogamia y desarrollen un macro-ecumenismo de la no violencia activa, la hospitalidad y la lucha por la justicia.
- Valoramos positivamente la sensibilidad del papa Francisco hacia los inmigrantes y refugiados, sus denuncias contra la insolidaridad de Europa ante este drama y sus llamadas a hospitalidad. En coherencia con dicha actitud, le pedimos que abra las puertas del Estado Vaticano a las personas que vienen a nuestros países en busca de mejores condiciones de vida y huyendo de la violencia. Así tendrán credibilidad sus denuncias.
- Nos comprometemos a luchar contra el modelo económico neoliberal injusto y violento en su raíz, a colaborar en la acogida de inmigrantes y refugiados y refugiadas con las organizaciones que trabajan en esa dirección, a abrirles las puertas de nuestras casas y de nuestras comunidades y a destinar una parte de la colecta del Congreso a este fin (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
13 de septiembre de 2015
"Criterios para dar hospitalidad a las personas refugiadas en Valencia" (conferencia en Centro Arrupe, 16 sept)
El Centro Arrupe y la Fundación
CeiMigra proponemos conjuntamente una conferencia que nos ayude a tener
criterios para dar hospitalidad a las personas refugiadas en Valencia.
Miércoles 16 de septiembre a las 19’30 h
en el Centro Arrupe (Gran Vía
Fernando el Católico, 78).
Entrada gratuita
Etiquetas:
Acciones,
Convocatorias,
Reflexión
6 de septiembre de 2015
Tras la conmoción por los refugiados, un riesgo que es una paradoja
JAVIER DE LUCAS
Quisiera proponer a los lectores que dediquen unos minutos a considerar lo que me parece un riesgo que podríamos calificar como “efecto rebote” e incluso como paradoja, resultado del cambio positivo que se advierte en la opinión pública acerca de la “crisis de refugiados”.
Todos los ciudadanos europeos, incluso los más experimentados en el contacto con tragedias humanas, se han visto conmocionados por las imágenes recientes de maltrato a los refugiados
en su difícil tránsito a países que garantizan plenamente el asilo
(fundamentalmente Alemania; también Suecia; en menor medida, otros
Estados nórdicos), que han culminado en la foto de un niño sirio
ahogado. Crecen desde diferentes instancias –ciudadanos
a título individual u organizados, ONG, colegios u organizaciones
profesionales, asociaciones de toda índole, Ayuntamientos, regiones,
comunidades autónomas– las iniciativas de ayuda, o, por utilizar el término que corresponde, de solidaridad con quienes vemos como desamparados ante riesgos muy graves para su vida.
Y nadie puede negar que se trate de una reacción muy positiva, que
podría contribuir a un cambio en las políticas de asilo de la UE. Está
por ver lo que durará esta toma de conciencia y su impacto real sobre
las decisiones de la clase gobernante. Ojalá que sea de más largo
alcance que los consabidos telemaratones anuales con los que compramos
buena conciencia sin riesgo alguno, ante la pantalla del televisor y con
la ayuda del móvil.
Son, en todo caso, buenas noticias
también para quienes por diferentes razones llevamos años insistiendo en
la necesidad de reconocer los derechos específicos de los que son
titulares los refugiados, aquellas personas a las que se reconoce el
derecho de asilo. Quienes reclamamos esa reconocimiento de protección
específica, la que otorga el derecho de asilo, que se basa en la condición de sufrir una persecución
de diferente índole (y no solo “política” como confunden algunos,
incluido nuestro ministro de Exteriores: baste pensar en persecuciones
por condición étnica o por orientación sexual), que les obliga a
abandonar el Estado del que son ciudadanos, insistimos en que las
características de vulnerabilidad y riesgo son diferentes de las que
padecen aquellos que llamamos inmigrantes.
Sin embargo, precisamente ahora me
parece que es necesario llamar la atención sobre el riesgo de entender
mal esta distinción. No crea el lector que quiero imitar a Carnéades,
el famoso sofista de quien se cuenta que, invitado por el Senado
romano, fue capaz de obtener el aplauso unánime de los senadores tras su
discurso en defensa del Derecho natural. La misma unanimidad que obtuvo
al día siguiente cuando rebatió la idea misma de Derecho Natural (si
non é vero…). No: se trata de evitar lo que me parece un “efecto
rebote”, si no una paradoja perversa. Pensar que son los refugiados los que tienen en riesgo sus derechos, pero no los inmigrantes (“económicos” se añade, como si eso dejara clara su especificidad).
Un buen amigo y antiguo alumno de postgrado en nuestro Instituto de Derechos Humanos de la UVEG, Pablo Ceriani,
hoy miembro del Comité de la Convención de la ONU sobre derechos de los
trabajadores inmigrantes y de sus familias, me recordaba hace unos días
los estigmas que pesan sobre los que mal llamamos “inmigrantes
económicos”, que podrían ser paradójicamente, los perdedores ante la profunda reacción emocional que se ha producido en toda Europa
tras la difusión de la foto del cadáver del niño sirio ahogado. Un niño
del que conocemos a sus padres. Un niño que, desgraciadamente, ni ha
sido el primero (son centenares, miles) ni será el último en sufrir las
consecuencias de una política ciega a las causas de esas terribles
imágenes. Ciega, al menos hasta ahora, a la necesidad de modificar sus
presupuestos, sus medios de despliegue, sus consecuencias.
En realidad, si negar la pertinencia de
un régimen jurídico específico para quienes se ven obligados a buscar
refugio fuera de su país, cabe preguntarse por la diferencia de
fondo. ¿Acaso la mayoría de esos que llamamos inmigrantes “económicos”
emigran por capricho, sólo por comprar un auto mejor, por tener una TV
de tamaño de una plaza de toros o una casa más lujosa?
No. Si se van de su país no lo hacen simplemente en uso de su libertad de elegir un plan de vida con un standard
superior de bienestar, del mismo modo que hasta hace muy poco un
español decidía si prefería irse a Alemania, al Reino Unido o a EEUU
para especializarse en sus estudios de física cuántica. No. Las causas
de estos desplazamientos forzosos a los que se ven constreñidos
buen aparte (no todos, desde luego) de los que llamamos inmigrantes,
tienen mucho más que ver con lo que llamamos estado de necesidad. Tienen que ver con la brutal desigualdad que no para de crecer entre nuestro mundo rico y sus países.
Una desigualdad que exhibimos indecentemente desde nuestras
televisiones, que emiten globalmente vía satélite y que pueden captarse
ahora también gracias a internet, a las redes sociales, con un teléfono
móvil.
En el contraste entre su situación y la de los países “del Norte”, es más importante el efecto expulsión que el efecto llamada.
La pobreza, la miseria, la falta de expectativas de una vida digna, de
la mejora de vida, muchas veces incluso pese a contar con una formación
especializada, es lo que empuja a muchas personas a salir de su país. Y
es que el primero derecho para los inmigrantes debiera ser el derecho de no emigrar.
Esto es, la existencia de condiciones que hagan posible la libertad de
elegir. Donde esas condiciones no existen, la inmigración es un destino
tan fatal como ineludible. Por eso una verdadera política migratoria debiera empezar por actuar sobre las causas de esa desigualdad.
Sobre las causas de la miseria, de la enfermedad, de la ausencia de
educación, de pautas patriarcales y machistas de vida, de ausencia de
las expectativas de vida, incluidas, sí, también, el déficit en las
libertades y derechos.
Hay, pues, cierta dosis de cinismo en el
uso de la noción generalizada de inmigrantes “económicos” para todos
los que buscan ganarse la vida en otro país. Y la trampa conceptual
consiste en propiciar la idea de que, como tales inmigrantes económicos,
ya disfrutan de derechos y lo que quieren es tenerlos más fácilmente,
aprovecharse de nuestra riqueza. No, para la inmensa mayoría de quienes
emprenden el durísimo viaje de la inmigración, que puede suponer años y
penalidades (incluida por ejemplo la explotación como objetos sexuales
de las mujeres que tienen que pagarse de ese modo el “viaje”), la condición de inmigrante económico no les asegura un status superior, sino todo lo contrario.
Baste pensar en el desarrollo de procedimientos muchas veces
arbitrarios o directamente contrarios a la legalidad internacional en
materia de control de paso de fronteras. O en lo que ha impuesto el
Gobierno Rajoy desde 2012 con su RD 16/2012 que excluye de la sanidad (salvo urgencia) a los inmigrantes irregulares.
Sería una paradoja cruel que la obligación de reconocer derechos a los refugiados fuera la coartada
para relajar (¿más aún? Sí, esto también es susceptible de empeorar) la
observancia de reconocimiento y garantía efectiva de quienes sólo son
inmigrantes. Porque habrá que recordar que son titulares de derechos. Lo
son como seres humanos, desde luego. Pero también como consecuencia de
la vulnerabilidad especial que acompaña constitutivamente la condición
de inmigrantes. Derechos como los recogidos, a título mínimo, en la Convención de la ONU de 1990 de derechos de los trabajadores inmigrantes y de sus familias.
Declaración que, por si alguien lo ha olvidado, no ha sido ratificada
ni por los EEUU, ni por Australia, ni…por ningún Estado de la UE (a
excepción de Portugal), tampoco por España.
No. No lo olvidemos. Tenemos un deber jurídico de reconocimiento y garantía de derechos para con los inmigrantes.
Por no hablar de nuestro deber de no practicar políticas de
discriminación y exclusión hacia ellos. Y no sólo (aunque el egoísmo
racional debería conducirnos a tenerlo en cuenta) porque los
necesitamos. Que nuestra justificada, necesaria y oportuna preocupación
por los refugiados no nos sirva para olvidarlo.
PUEDES LEER OTRO ARTÍCULO ("¿Una nueva política de asilo?"): aquí.
PUEDES LEER OTRO ARTÍCULO ("¿Una nueva política de asilo?"): aquí.
4 de septiembre de 2015
«Que su grito se vuelva el nuestro» (comunicado)
Comunicado de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Acción Católica General (ACG), Juventud Obrera Cristiana (JOC), Juventud Estudiante Católica (JEC), FRATER España, Profesionales Cristianos (PX), Mujeres Trabajadoras Cristianas (MTC), Movimiento Rural Cristiano (MRC) y Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos (MJRC).
Ante la dramática crisis migratoria de la que nuestro país y nuestro continente están siendo testigos durante las últimas semanas, queremos expresar nuestro profundo dolor por la realidad de miles de personas que, huyendo de la guerra, el conflicto y la persecución religiosa, buscan asilo y reclaman a Europa auxilio y acogida en un desolador éxodo que se ha cobrado ya multitud de vidas humanas, muchas de ellas de jóvenes y niños.
Somos conscientes de que se trata de un drama que lleva tiempo asolando a nuestros pueblos hermanos sin que Europa haya, hasta la fecha, encontrado una solución satisfactoria para tal problema de largo alcance que, más allá de sus implicaciones políticas y sociales, se ha convertido en una tragedia humana sin precedentes.
Multitud de esperanzas, proyectos de vida e ilusiones naufragan en las costas o agonizan en las carreteras y fronteras de nuestra Europa, sueño de paz y prosperidad para tantos hombres y mujeres que huyen del horror y la desesperación.
Como Acción Católica Española, Iglesia en el mundo, nos sentimos llamados a alzar nuestra voz como reclamo en favor de quienes consideramos hermanas y hermanos, habitantes de nuestra casa común, esta aldea global que, todavía hoy, palidece bajo los muros de la opresión y los signos de la separación que marcan las diferencias culturales, religiosas, sociales y políticas. Para nosotros, como afirma San Pablo, “ya no hay distinción entre judío o no judío, entre esclavo o libre, entre varón o mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3,28)
En tantas personas desplazadas, oprimidas y exiliadas vemos el rostro sufriente de Cristo necesitado de abrazo, cuidado y acogida, pues “cuando lo hicisteis con uno de estos, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40) y nos sentimos impelidos por las palabras del Papa Francisco en su invitación a poner la misericordia en el centro de nuestra mirada y en nuestro corazón: “Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.”
Nos comprometemos a orientar nuestra reflexión y nuestra acción a promover una cultura de encuentro y acogida para todas las personas, signo del proyecto del Reino que Dios sueña para toda la humanidad.
Valoramos, apoyamos y llamamos a la ciudadanía a sumarse a las iniciativas de reivindicación y movilización que rápidamente han surgido en diversos puntos de nuestro país y en nuestra Iglesia, muestra de la preocupación y el deseo de la sociedad de comprometerse para solucionar esta situación.
Asimismo, reclamamos a los gobiernos, especialmente al nuestro, que asuman con solidaridad y valentía la responsabilidad de garantizar la protección y la acogida de toda vida humana desprotegida y víctima del conflicto y la persecución.
Ante la dramática crisis migratoria de la que nuestro país y nuestro continente están siendo testigos durante las últimas semanas, queremos expresar nuestro profundo dolor por la realidad de miles de personas que, huyendo de la guerra, el conflicto y la persecución religiosa, buscan asilo y reclaman a Europa auxilio y acogida en un desolador éxodo que se ha cobrado ya multitud de vidas humanas, muchas de ellas de jóvenes y niños.
Somos conscientes de que se trata de un drama que lleva tiempo asolando a nuestros pueblos hermanos sin que Europa haya, hasta la fecha, encontrado una solución satisfactoria para tal problema de largo alcance que, más allá de sus implicaciones políticas y sociales, se ha convertido en una tragedia humana sin precedentes.
Multitud de esperanzas, proyectos de vida e ilusiones naufragan en las costas o agonizan en las carreteras y fronteras de nuestra Europa, sueño de paz y prosperidad para tantos hombres y mujeres que huyen del horror y la desesperación.
Como Acción Católica Española, Iglesia en el mundo, nos sentimos llamados a alzar nuestra voz como reclamo en favor de quienes consideramos hermanas y hermanos, habitantes de nuestra casa común, esta aldea global que, todavía hoy, palidece bajo los muros de la opresión y los signos de la separación que marcan las diferencias culturales, religiosas, sociales y políticas. Para nosotros, como afirma San Pablo, “ya no hay distinción entre judío o no judío, entre esclavo o libre, entre varón o mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3,28)
En tantas personas desplazadas, oprimidas y exiliadas vemos el rostro sufriente de Cristo necesitado de abrazo, cuidado y acogida, pues “cuando lo hicisteis con uno de estos, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40) y nos sentimos impelidos por las palabras del Papa Francisco en su invitación a poner la misericordia en el centro de nuestra mirada y en nuestro corazón: “Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.”
Nos comprometemos a orientar nuestra reflexión y nuestra acción a promover una cultura de encuentro y acogida para todas las personas, signo del proyecto del Reino que Dios sueña para toda la humanidad.
Valoramos, apoyamos y llamamos a la ciudadanía a sumarse a las iniciativas de reivindicación y movilización que rápidamente han surgido en diversos puntos de nuestro país y en nuestra Iglesia, muestra de la preocupación y el deseo de la sociedad de comprometerse para solucionar esta situación.
Asimismo, reclamamos a los gobiernos, especialmente al nuestro, que asuman con solidaridad y valentía la responsabilidad de garantizar la protección y la acogida de toda vida humana desprotegida y víctima del conflicto y la persecución.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)