La Comisión Permanente de la HOAC manifiesta su apoyo al comunicado de las entidades de acción social de la Iglesia y expresa su rechazo al acuerdo anunciado entre la Unión Europea y Turquía, que supone un grave retroceso en derechos humanos.
La HOAC no queremos ser indiferentes
ante profundo dolor por el que pasan miles de personas que, huyendo de
la guerra, el conflicto y la persecución religiosa, buscan asilo y
reclaman a Europa auxilio y acogida. Unimos nuestra voz también a la de los pastores de la Iglesia
que manifiestan «su inmenso dolor ante esta y todas las últimas
tragedias humanitarias que afectan a emigrantes y refugiados. Nos
olvidamos que detrás de estos flujos migratorios, en continuo aumento,
está siempre la inhumanidad de un sistema económico injusto en que
prevalece el lucro sobre la dignidad de la persona y el bien común; o
la violencia y la ruina que genera la guerra, la persecución o el
hambre.»
Pensamos que en la Unión Europea
faltamos gravemente al deber de hospitalidad, al deber humano de acoger y
cuidar a quienes están en grave riesgo de perder su vida. Hemos
asistido al inadmisible espectáculo de los regateos y «subasta de cupos»
por parte de los gobiernos europeos. Hay mucha generosidad,
solidaridad y humanidad en comportamientos de personas, grupos y algunas
instituciones, pero, en su conjunto, la reacción de las sociedades
europeas está lejos de la que debiera.
En consecuencia, nos sumamos a la denuncia de este acuerdo que supone un grave retroceso en materia de derechos humanos. Recuerda la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR)
que las expulsiones colectivas que recoge este acuerdo, «son contrarias
al derecho internacional. La evaluación de una solicitud de asilo debe
ser individual y además no puede estar basada exclusivamente en la
nacionalidad, ya que sería discriminatorio.»
Recuerdan también las entidades de acción social de la Iglesia,
en su rechazo a este acuerdo que «viola los convenios internacionales y
europeos ratificados por los Estados miembros que prohíben expresamente
la devolución de personas que son objeto de persecución o víctimas de
guerra. Es, por tanto, inaplicable. Además, supondrá un incremento mayor
si cabe del inmenso saldo de sufrimiento, dolor y muerte por parte de
quienes siguen arriesgando cada día sus vidas mientras buscan bienestar,
seguridad y protección a las puertas de Europa».
Por tanto, alzamos también nuestra
voz y pedimos al gobierno y a los partidos políticos del arco
parlamentario que acuerden una posición que, en la reunión del Consejo
Europeo del próximo 18 de marzo, manifieste la posición española de
expresar nuestra solidaridad y la responsabilidad de la UE de garantizar
la protección y la acogida, también con un pasaje seguro, de toda vida humana desprotegida y víctima del conflicto y la persecución.
El papa Francisco insiste en Laudato si’
sobre las actitudes morales que necesitamos cultivar con seriedad y
urgencia: «La grandeza política se muestra cuando, en momentos
difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a
largo plazo» (n. 178). «Hace falta volver a sentir que nos necesitamos
unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el
mundo, que vale la pena ser buenos y honestos. Ya hemos tenido mucho
tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de
la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre
superficialidad nos ha servido de poco» (n. 229).
Llamamos también a la comunidad
cristiana y a las organizaciones sociales sensibles a esta situación a
expresar su rechazo a estas políticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario