1ª.- Porque esta postura está en
contra del mismo Papa Francisco, quien el pasado 14 de abril propuso
un salario universal para las personas trabajadoras más humildes y
sin derechos, entre los que citaba: "los vendedores ambulantes,
los recicladores, los feriantes, los pequeños agricultores, los
constructores, los costureros, los que realizan distintas tareas de
cuidado", y que "no tienen un salario estable para resistir
este momento". También en España existen esas personas
trabajadoras humildes y precarias, como señalaba el Informe de
FOESSA 2019, difundido por Caritas: “El número de personas en
exclusión social en España es de 8,5 millones, el 18,4% de la
población, lo que supone 1,2 de millones más que en 2007 (antes de
la crisis). Y dentro de este grupo “son 4,1 millones de personas en
situación de exclusión social severa”.
2ª.- Porque creemos, que la CEE sigue
más las opiniones de la Fundación FAES, que opina también que no
debe ser “una medida permanente y desincentivadora del trabajo”,
en contra de la opinión de la propia Caritas, que el pasado 7 de
abril emitió un comunicado , urgiendo al Gobierno español a
establecer un Ingreso Mínimo garantizado, de ámbito estatal y no
solo durante esta crisis, sino también para el futuro, aunque
contando con “un complemento que facilite la incorporación al
mercado de trabajo”.
3ª.- Porque estimamos que es una
postura hipócrita, que olvida que la jerarquía de la Iglesia
católica recibe todos los años, al menos, la subvención permanente
de la casilla de la Iglesia, señalada en el IRPF y cuyo porcentaje
el gobierno de Zapatero elevó, en septiembre de 2006, del 0’52% al
0’7%. Esta dotación directa y permanente del Estado, está en
contra del n.5 del art. II, de los Acuerdos económicos entre el
Estado español y la S.Sede, firmados el 3 de enero de 1979, donde se
indica que la Iglesia católica debe llegar a financiarse por si
misma sus necesidades.
4ª.- Creemos, que todas esta actitudes
de la CCE chocan frontalmente con la opción por los pobres que
predicó Jesús.
Pensamos que es de justicia que quien
no pueda acceder a un puesto de trabajo -porque no lo hay-, la
Sociedad, el Estado, debe dotarle de los medios por lo menos mínimos
de subsistencia.
Estimamos
finalmente que este compromiso en favor de las personas trabajadoras
humildes y sin derechos, del que habla el Papa Francisco, no solo es
ofrecerles el Ingreso Mínimo Vital, que anuncia el gobierno y al que
se opone la CEE sino una Renta Básica Universal, ahora de cuarentena
y posteriormente estable, permanente e incondicional como derecho
inalienable a la Vida.
Comunidades Cristianas Populares de
Andalucía. 22 de Abril de 2020
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