¿Qué espera Redes Cristianas del Sínodo sobre la Familia?
Los temas de la familia necesitan una puesta al día por parte de la
Iglesia católica si ésta quiere ofrecer al mundo un mensaje de
credibilidad y recuperar la sintonía con tantos católicos y católicas
que hace ya tiempo eligieron tomar sus propias decisiones en cuestiones
de importancia para su vida familiar. La doctrina oficial está muy
anticuada y cada vez hay más legislaciones civiles que permiten mayor
libertad a las personas. Existen sectores del catolicismo que no admiten
que, en las sociedades laicas, la Iglesia no pueda imponer sus
criterios y deba entrar en el debate democrático junto a otros grupos
ideológicos. En los temas de la familia esto es evidente.
El papa ha generado una expectativa de cambio en la Iglesia con su
talante renovador. Aunque en las cuestiones de la familia se mantiene en
la doctrina oficial, muestra siempre voluntad de acoger a los que han
tomado opciones que se apartan de ella. La convocatoria del sínodo es
una muestra de ello.
Redes Cristianas valora muy positivamente la decisión de Francisco de
abrir el cuestionario de preparación del sínodo a todos los católicos y
católicas y no solamente a los obispos, como era habitual.
Lamentablemente, su difusión ha sido muy limitada en España y el envío a
Roma de las respuestas se ha hecho directamente en muchos casos. ¿Qué
explicación puede dar la Conferencia Episcopal Española sobre la
resistencia mostrada?
El documento de trabajo, ya publicado, muestra que la doctrina de la
familia está muy alejada de los problemas de los católicos y católicas y
de las realidades familiares que han ido surgiendo, distintas de la
familia cristiana tradicional. Además, es positivo que se reconozcan las
dificultades del clero para orientar a los fieles al respecto.
Sin embargo, se dice que el sínodo no busca un cambio doctrinal sino
pastoral para actualizar la difusión de la doctrina y, así, ser mejor
comprendida por las personas católicas. Ese planteamiento es, a nuestro
juicio, equivocado y puede llevar a una gran decepción, pues, si las
cuestiones de fondo no se revisan, los gestos de acogida promoverán la
tolerancia pero se seguirán considerando pecadores a los que se aparten
de la norma.
Las últimas noticias del sínodo aumentan la inquietud: la lista de
participantes está formada por una abrumadora mayoría de hombres
célibes: obispos, cargos de la curia o superiores de congregaciones. Hay
pocos seglares y se echa en falta más pluralidad entre ellos. Además
hay personas de la lista que han opinado en contra de los homosexuales o
de las mujeres que abortan con declaraciones muy ofensivas (caso de
Fernando Sebastián en España) o cardenales de alta responsabilidad que
están defendiendo públicamente no solo la indisolubilidad del matrimonio
sino que se mantenga la prohibición de comulgar a las personas
divorciadas católicas que han vuelto a casarse, esto último en contra de
lo que parece que piensa el papa.
Redes Cristianas espera que el sínodo reconozca las realidades
familiares que se van consolidando cada vez más entre las y los
católicos y que la Iglesia no puede ignorar; es necesaria una revisión
profunda de la doctrina en la que participen representantes de la
pluralidad de opciones existentes en la Iglesia. Para ello es importante
tener en cuenta las diferencias culturales en los distintos
continentes. ¿Qué dirá el sínodo a las personas homosexuales, a las
parejas que conviven sin casarse o a quienes, después de divorciarse,
han vuelto a casarse civilmente?
La toma de decisiones en la Iglesia debe contar con el sentido de los
fieles, sin olvidar que la primacía de la conciencia es la que debe
guiar las decisiones de los cristianos y cristianas adultos, muy
especialmente en su vida íntima y familiar.
Los avances de la ciencia han de tenerse en cuenta, pues afectan a
temas controvertidos como el inicio de la vida o las técnicas de
reproducción asistida. Hay que revisar la doctrina de la polémica Humanae Vitae sobre
el control de la natalidad ante la evidencia de que muchas personas
católicas no la siguen y utilizan métodos anticonceptivos que no están
autorizados por la encíclica.
Esperamos finalmente que el sínodo tenga una voz decidida a favor de
la igualdad de la mujer y en contra de la violencia de género que afecta
a tantas realidades familiares. Es necesaria también una denuncia clara
de las situaciones de pobreza y precariedad en la que viven familias de
todo el mundo. La falta de trabajo de muchos jóvenes dificulta
enormemente que puedan iniciar un proyecto de familia. De ello también
hay que hablar en el próximo sínodo.
28 de septiembre de 2014
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