31 de marzo de 2012

Ante la condena de Andrés Torres Queiruga

ANTE LA CONDENA DE ANDRÉS TORRES QUEIRUGA

31 de marzo de 2012


Ante la condena del teólogo Andrés Torres Queiruga realizada por la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española y hecha pública el pasado viernes de Dolores, Redes Cristianas quiere expresar cuanto sigue:

1. Nos solidarizamos con la persona de Andrés Torres Queiruga en quien siempre hemos encontrado una preocupación y un cuidado exquisito y constructivo por encarnar el mensaje de Jesús y su anuncio del Reino de Dios en las coordenadas histórico-culturales y científicas del momento presente. Nos escandaliza particularmente el hecho de que esta condena se haya hecho, una vez más -como por desgracia nos tienen acostumbrados-, por un “procedimiento eclesialmente irregular”, según el mismo Andrés reconoce.

2. Nuestra cercanía y estima por Andrés Torres Queiruga se debe no solo a su fidelidad a la doctrina y espíritu del Vaticano II, sino también al disfrute de haber descubierto en sus escritos una forma más cercana, comprensible y amena de aproximación a algunos contenidos de la fe más sensibles y difíciles de asimilar por una mentalidad ilustrada y secularizada como la de hoy. Nos referimos concretamente a sus grandes aportaciones sobre la revelación, la resurrección de Jesús, el problema del mal y la universalidad de la salvación de Dios. Por todo esto le agradecemos a Andrés el enorme esfuerzo y el gran servicio realizado a los cristianos y cristianas de nuestro tiempo.

3. Finalmente, lamentamos la actitud de la Comisión para la Doctrina de la Fe y de la CEE con esta nueva muestra de negación de la pluralidad dentro de la Iglesia, condenando cuanto ignora y queriendo controlar toda la razón y el Espíritu en la Iglesia. Nos gustaría que nuestros obispos abandonaran definitivamente esa actitud de apropiación de cuanto ocurre en el cuerpo de una Iglesia cada día más plural, compleja y diversa. Desearíamos verles más cercanos al espíritu y actitud de Jesús: no guardando interesadamente silencio ante la crisis actual, ni descalificando a quienes defienden los derechos de las personas más injustamente tratadas sino animando su testimonio; apostando sin miedo por la creatividad y la búsqueda de quienes se preocupan por repensar la fe desde las nuevas sensibilidades del presente; mostrándose siempre animadores, acogedores y compasivos, nunca como propietarios de una fortaleza ni como vigilantes de unas normas y doctrinas anacrónicas y desfasadas. En definitiva, más abiertos y dialogantes con los nuevos signos de los tiempos. Deberían caer en la cuenta del daño que hacen, con estas injustas condenas, a la inmensa mayoría de la Iglesia, Pueblo de Dios, que siempre le ha dado mayor importancia a las buenas prácticas que a las hipótesis teológicas.



26 de marzo de 2012

La HOAC y la JOC ante la huelga general del 29 de marzo


Hoac

Las organizaciones sindicales han convocado una huelga general el próximo 29 de marzo para pedir al Gobierno de España la retirada de la recientemente aprobada reforma laboral que ha sido adoptada sin acuerdo con los sindicatos, y contra los recortes en derechos sociales.

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC) queremos, desde nuestro ser Iglesia y nuestra misión evangelizadora en el mundo obrero y del trabajo, ofrecer una reflexión ante este hecho. Creemos que, aun siendo legítimo el Gobierno y la representación parlamentaria actual surgida de las urnas y, por tanto, las decisiones que en dicho parlamento se acuerden, la sociedad civil puede manifestar y orientar, desde su opinión y acción pacífica, las medidas que el poder legislativo y ejecutivo lleven a cabo.

Especialmente cuando muchas de ellas no han sido fruto de la negociación y el consenso entre los distintos agentes sociales, en un momento en el que la realidad socioeconómica y las cifras de desempleo demandan políticas y reformas estructurales.

En este sentido, la HOAC y la JOC hicimos pública el pasado 16 de febrero nuestra valoración de la reforma laboral. Nos parece injusta y rechazable, porque constituye un duro golpe al derecho laboral y a los derechos de las personas y familias trabajadoras. Los recortes en derechos laborales y sociales que se están imponiendo son injustos y completamente injustificados. Estas decisiones afectan al conjunto de la sociedad pero, de manera más lesiva, a los sectores más débiles y empobrecidos del mundo del trabajo.

Consideramos que esta reforma, como otras anteriores, parte de un mal planteamiento: pretende someter los derechos de los trabajadores y trabajadoras a las exigencias de la economía, cuando lo justo y lo humano es lo contrario, ordenar el funcionamiento de la economía desde los derechos de las personas trabajadoras (cf. Juan Pablo II, “Laborem Exercens”, 17; Concilio Vaticano II, “Gaudium et spes”, 67).

En otras palabras, como nos recuerda el catecismo de la Iglesia (2425): “La regulación de la economía únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque «existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado» (CA 34). Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común.”

Como siempre que se produce una convocatoria de huelga, recordamos que “La doctrina social reconoce la legitimidad de la huelga «cuando constituye un recurso inevitable, si no necesario para obtener un beneficio proporcionado », después de haber constatado la ineficacia de todas las demás modalidades para superar los conflictos.

La huelga, una de las conquistas más costosas del movimiento sindical, se puede definir como el rechazo colectivo y concertado, por parte de los trabajadores, a seguir desarrollando sus actividades, con el fin de obtener, por medio de la presión así realizada sobre los patronos, sobre el Estado y sobre la opinión pública, mejoras en sus condiciones de trabajo y en su situación social.

También la huelga, aun cuando aparezca « como una especie de ultimátum », debe ser siempre un método pacífico de reivindicación y de lucha por los propios derechos; resulta « moralmente inaceptable cuando va acompañada de violencias o también cuando se lleva a cabo en función de objetivos no directamente vinculados con las condiciones del trabajo o contrarios al bien común»” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 304).

Entendemos que la convocatoria de la huelga general está justificada en defensa de los derechos de las personas y familias trabajadoras, y es expresión de las legítimas funciones sociales que corresponden a los sindicatos.

Más allá de la diversidad de opiniones que pueda existir sobre la convocatoria de esta huelga general, nos preocupa la manera en que algunos sectores sociales y políticos pretenden deslegitimar la acción de los sindicatos. En este sentido queremos manifestar lo siguiente:

1º.- El objetivo que plantean los sindicatos con la convocatoria de la Huelga General es legítimo, y, además, está expresamente reconocido por la Constitución Española como un derecho fundamental de la ciudadanía (art. 28).

2º.- Dicho objetivo es también justo: siempre es justo reclamar diálogo social, negociación y búsqueda de acuerdos para cualquier decisión política, mucho más si afecta a derechos fundamentales de las personas, como ocurre con la reforma laboral.

3º.- El recurso a la huelga, que debe ejercerse con prudencia, responsabilidad y de forma pacífica, forma parte de la normalidad de un sistema democrático. Esto supone, por parte de los sindicatos y de los trabajadores desarrollar comportamientos pacíficos, así como por parte de los empresarios, no coaccionando éstos a sus trabajadores por participar en la huelga ni tomando represalias, en ningún momento, contra ellos.

Es preciso, también, una actitud no violenta de los medios de comunicación social ateniéndose a criterios de objetividad, justicia y verdad; la manipulación informativa es una agresión violenta que hemos de rechazar.

4º.- Consideramos que los sindicatos necesitan mejorar su funcionamiento y acción, especialmente en la organización y defensa de los sectores más empobrecidos y vulnerables. Pero también reconocemos que desempeñan de hecho un papel fundamental en la defensa de la dignidad de las personas, con lo que realizan una función social esencial (tal como reconoce el art. 7 de la Constitución Española).

Como parte de la Iglesia en el mundo obrero y del trabajo queremos recordar, además, que la Doctrina Social de la Iglesia considera a los sindicatos un bien social: “son un elemento indispensable de la vida social (…) son un exponente de la lucha por la justicia social, por los justos derechos de los hombres del trabajo (…) un factor constructivo de orden social y de solidaridad” (“Laborem exercens”, 20).

Por eso, “las organizaciones sindicales tienen el deber de influir en el poder público, en orden a sensibilizarlo debidamente sobre los problemas laborales y a comprometerlo a favorecer la realización de los derechos de los trabajadores” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 307). Desde esta perspectiva, Benedicto XVI ha insistido recientemente en que en la actual situación, cuando se están poniendo en peligro derechos fundamentales de las personas y la solidaridad social, los sindicatos son más necesarios que nunca (cf. “Caritas in veritate”, 25).

22 de marzo de 2012

Declaración de la Asociación de teólogos y teólogas Juan XXIII

La Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII no quiere permanecer impasible ante la crisis económica y la reforma laboral que está golpeando a los sectores más vulnerables de la sociedad, sino que desea ser sensible y solidaria con ellos. Por ello quiere tomar postura en torno a la situación a través de la siguiente declaración.

1. Creemos que la actual crisis económica ha servido para que los poderes financieros y empresariales se hayan enriquecido con los bienes naturales, los bienes públicos y los bienes de los ciudadanos, para explotar a los trabajadores, especialmente a las mujeres, inventarse burbujas inmobiliarias y ganar dinero especulando con el agua y los alimentos, hasta generar una grave crisis alimentaria.

2. Compartimos los planteamientos del documento de la JOC y la HOAC, donde se afirma que la reforma laboral constituye otra agresión más al trabajo humano, rompe el frágil equilibro conquistado históricamente entre capital y trabajo, se aleja del principio defendido por la Iglesia de la prioridad del trabajo frente al capital, representa un nuevo golpe al derecho laboral, quiebra el derecho constitucional a la negociación colectiva y a la capacidad organizativa de los trabajadores y las trabajadoras, facilita y abarata la expulsión del mercado de trabajo y dificulta, cuando no impide o precariza, el empleo juvenil. Compartimos igualmente su llamada a participar en cuantas movilizaciones sociales y sindicales vayan orientadas a frenar dicha reforma y sus funestas consecuencias.

3. Valoramos positivamente los pronunciamientos y los gestos individuales de solidaridad por parte de algunos eclesiásticos, que revelan sensibilidad humana y cristiana hacia los más desfavorecidos.

4. Consideramos, sin embargo, que la Iglesia católica como institución y la jerarquía en su conjunto se han mostrado insensibles hacia la crisis y la reforma laboral, no han levantado la voz profética para denunciar a los verdaderos responsables, ni han mostrado la necesaria solidaridad con quienes más las están sufriendo.

5. Observamos con tristeza y dolor que, mientras se reducen los salarios, se cierran hospitales, centros de salud, centros de acogida de mujeres, niños y niñas maltratadas y víctimas de violencia, se rebaja la inversión pública, se recortan los presupuestos generales del Estado, se reduce el personal docente de los centros públicos de enseñanza, la institución eclesiástica no solo no ha renunciado a ninguno de sus privilegios, sino que ha visto incrementados los ingresos provenientes del Estado. Más aún, parece vivir en un paraíso fiscal con todo tipo de exenciones y privilegios: fiscales, educativos, económicos, sociales, culturales, simbólicos, incluso militares. Tal actitud es contraria al principio evangélico: “No se puede servir a dos señores: a Dios y al Dinero”.

6. Los responsables eclesiásticos se niegan a pagar el IBI por su ingente patrimonio, situándose así al borde de la ilegalidad, si no instalados en ella, sin que los poderes públicos les exijan dicho pago, como lo hacen a otras organizaciones sin ánimo de lucro. Dicho pago supondría el ingreso de varios millones de euros en las arcas públicas, que podrían destinarse a poner remedio a las carencias sociales, sociales, urbanísticas, sanitarias, culturales, etc. en las zonas marginadas de la sociedad y a la mejora de la calidad de los servicios públicos.

7. Muestra de la insensibilidad ante la crisis y la reforma laboral es la desautorización de algunos obispos del documento antes citado de la HOAC y la JOC, dos movimientos apostólicos de la Acción Católica comprometidos desde hace más de medio siglo en la defensa de los derechos de la clase trabajadora Con dicha descalificación no sólo se da la espalda al Evangelio y a los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, sino que se impide que otras organizaciones católicas ejerzan la denuncia profética.

8. Con este modo de proceder, creemos, un sector importante de la jerarquía eclesiástica demuestra sus buenas relaciones con el mercado, se pone del lado del Gobierno del Partido Popular y de la patronal. y en contra de la clase trabajadora y de las movilizaciones de ésta. De esa forma, la Iglesia se desacredita.

9. Para evitar ese descrédito y conseguir credibilidad entre la ciudadanía creemos que la Iglesia católica debe: a) autofinanciarse conforme al compromiso adquirido en el Acuerdo Económico de 1979; b) renunciar a cuantos privilegios disfruta en beneficio de los sectores marginados de la sociedad; c) pagar sus impuestos como cualquier otra institución; d) hacer públicas sus cuentas, dando testimonio de transparencia; e) poner su patrimonio y sus bienes al servicio de quienes se ven privados de sus derechos más elementales: cinco millones y medio de desempleados, hogares con todos sus activos en paro, familias desahuciadas, trabajadores y trabajadoras pobres, inmigrantes, mujeres maltratadas, jóvenes desempleados, personas sin hogar, etc.

10. Lejos de presentarnos como ejemplo, asumimos la responsabilidad no pequeña que nos corresponde por la incoherencia en nuestro estilo de vida y nos comprometemos a trabajar por un nuevo orden político, económico y social basado en la fraternidad-sororidad, y no en el lucro. A dicho compromiso nos impulsan la opción evangélica por los empobrecidos y la ética de la solidaridad.

19 de marzo de 2012

Las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía se manifiestan contra el control ideológico por parte del Vaticano


Personas y grupos de las CCP de Andalucía hemos recibido con perplejidad y tristeza las declaraciones del obispo de Palencia respecto al teólogo Juan José Tamayo y las afirmaciones de la Comisión Teológica Internacional respecto al control que los obispos deben ejercer sobre los teólogos. Como miembros a la vez de la Iglesia y de la sociedad civil queremos exponer nuestro punto de vista a la opinión pública.

En nuestras sociedades modernas, donde las ideas circulan con toda libertad y rapidez a través de las redes sociales, resulta patética la pretensión de poner puertas al campo de la teología.

Las sociedades laicas caminan con paso firme hacia el pluralismo religioso. En este contexto resulta trasnochado, cuando no irritante, pretender poseer todo la verdad religiosa y condenar cualquier intento de racionalización del hecho religioso.

Aspiramos a una sociedad cada vez más horizontal, participativa y democrática. Esta aspiración la trasladamos al interior de nuestra Iglesia y ya no queremos ser súbditos aborregados, obedientes y silenciosos, sino ciudadanos activos y participativos con plena igualdad de derechos.

Manifestamos desde aquí nuestra cercanía, nuestro cariño y nuestra solidaridad con tantos teólogos europeos y americanos controlados, fiscalizados, censurados y hasta perseguidos por la curia vaticana. Paradójicamente, las comunidades cristianas nos alimentamos de sus escritos y de sus charlas y esas personas nos siguen ayudando a conocer más en profundidad el mensaje de Jesús.

Recuperamos nuestro siempre obligado punto de referencia: Jesús de Nazaret. Aquel hombre careció de poder institucional y de fuerza coactiva. Sólo utilizó su forma de ser y su forma de vivir. Su comportamiento irritó a los poderosos de la religión, del dinero y de la política, pero, en cambio, generó un poderoso movimiento de ilusión y esperanza entre las personas y los colectivos marginados.

Reivindicamos que Jesús de Nazaret no es monopolio de ninguna religión o grupo social. Es patrimonio de la humanidad entera. Los valores que él proclamó y que él vivió en la frontera de la utopía forman parte del acerbo común más valioso para todo ser humano: la solidaridad y la alegría de compartir como proyecto personal y como derecho político irrenunciable para toda la familia humana.

21 de marzo de 2012

Nota de la Fraternidad Secular “Carlos de Foucauld” de Valencia

NOTA DE DENUNCIA

Ante la nota que el Cardenal Rouco Varela ha enviado a toda su Archidiócesis considerando improcedente la difusión del comunicado de HOAC y JOC sobre la Reforma Laboral, aprobada recientemente por el gobierno del Partido Popular, nos surge la necesidad de expresar nuestro estupor y profundo desacuerdo con dicha decisión y lo que comporta.

Como creyentes en Jesús estamos escandalizados por este jerarca que, lejos de servir a una comunidad con diversas sensibilidades, y confundiendo el pensamiento único con el evangelio, excluye a quienes tenemos claro que creer en Jesús y proclamar el evangelio significa también mantener posturas críticas y de lucha contra los valores que nuestro sistema económico quiere imponer a toda costa en nuestra sociedad.

Con estas actitudes de la jerarquía se ha ido vaciando de contenido el concilio Vaticano II y se está consiguiendo que, a los ojos de la sociedad, exista un alineamiento completo de la Iglesia con la derecha política y el poder económico, de manera que resulta difícil explicar que los pobres ocupan un lugar central en el evangelio y que la lucha contra la pobreza y la exclusión es parte esencial de la construcción del Reino de Dios.

Tales posicionamientos han ido excluyendo progresivamente de la Iglesia a personas con sensibilidad social y han ido creando un parapeto enorme que dificulta generar esperanza evangélica.

Con todo, somos muchos los que seguimos sin compartir la orientación de la actual jerarquía que, aunque llena sus documentos oficiales de cantos a la justicia, a la dignidad del trabajo y el apoyo a las familias, se desmarca de cualquier movimiento que, desde su seno, se enfrente a las políticas de los poderes con los que ella se alía (CEOE, CIU, PP, derecha mediática, etc).

Necesitamos una iglesia que haga, al menos, el mismo énfasis en la defensa de la igualdad y la justicia social que el que hace en materias de moral sexual y “defensa de la vida”. Es una incongruencia proclamar que se está a favor de la familia cuando se está conforme con una ley que precariza el trabajo que la mantiene y atenta contra la dignidad de los que la forman. ¿No tiene nuestra iglesia nada que decir sobre la desigualdad creciente en nuestra sociedad? ¿Cuándo la evasión de impuestos va a ser un pecado? ¿Cuándo el que lleva a la pobreza a cientos de personas va a temer ser excomulgado? ¿Se ha dado cuenta Monseñor que los miles de pobres que atiende Cáritas, organización dependiente de la Iglesia católica, son víctimas de este sistema económico que él se niega a criticar?

En una sociedad cada vez más desigual y donde el poder del dinero campa a sus anchas, no podemos dejar de interrogarnos acerca de la esquizofrenia que parece orientar tantas intervenciones de los dirigentes de la Conferencia Episcopal española.


Valencia, Marzo de 2012.

Fraternidad Secular “Carlos de Foucauld”. Valencia.

4 de marzo de 2012

Rouco intenta sofocar las críticas a la reforma laboral en la Iglesia

La archidiócesis dirigida por el cardenal
recomienda a las parroquias
que no difundan el comunicado crítico
de dos organizaciones católicas (JOC y HOAC)

  • La noticia: aquí
  • El comunicado de HOAC y JOC: aquí
  • La Nota de la archidiócesis de Madrid: aquí

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Según JOC y HOAC, el nuevo marco laboral "rompe el débil equilibrio conquistado históricamente entre capital-trabajo, alejándose del principio siempre defendido por la Iglesia de la prioridad del trabajo frente al capital". Por eso, desde su comunicado conjunto, animan a participar en las movilizaciones que convoquen los colectivos "eclesiásticos, sociales y sindicales" e instan a los partidos políticos a corregir el texto vigente.

Por su parte, colectivos de cristianos de base y sacerdotes como Eubilio Rodríguez, miembro del Foro de Curas de Madrid, han criticado la nota del arzobispado, que consideran un evidente "intento de censura".

"Esta claro que la jerarquía (eclesiástica) quiere acallar la opinión de parte de la Iglesia, que está llegando en forma de debate y opinión sobre la crisis, los recortes y la reforma laboral a muchas parroquias de toda España", ha afirmado Rodríguez en declaraciones para la SER. El arzobispado de Madrid ha declinado hacer comentarios y se ha remitido al comunicado.

1 de marzo de 2012

XXIV Fòrum "Cristianisme i món d´avui" (24-25 de març)


24-25 de març de 2012
Lloc: Col·legi Jesús-Maria - Gran Via Ferran el Catòlic 37, València


PROGRAMA COMPLET:
punxa ací

Inscripcions, ací

Estimades i estimats,

Un any més celebrarem el FORUM “Cristianisme i món d’avui, enguany amb el lema: “COMPROMÍS CRISTIÀ I NOVA DEMOCRÀCIA”. Es faran càrrec de les tres ponències:

- Rafael Diaz Salazar, professor de Sociologia en la Universitat Complutense de Madrid.

- Pilar de Miguel. Teòloga. Pofessora d'EFETA i de l'institut de Teologia i Pastoral.

- Arcadi Oliveres Boadella. Professor del Departament d'Economia Aplicada d'UAB. President del Consell Català del Foment de la Pau

La indignació social existent ens reclama una reflexió que sintinitze amb les crides dels movimenrs profètics actuals i de les persones més empobrides de la terra. Així podrem esbrinar on i com participar en la construcció d'una Església i un Món nous.

Col·laboreu a estendre la notícia. Una forta abraçada.