26 de julio de 2014

Última llamada (manifiesto)


 https://ultimallamadamanifiesto.wordpress.com/

Esto es más que una crisis económica y de régimen: es una crisis de civilización.

Los ciudadanos y ciudadanas europeos, en su gran mayoría, asumen la idea de que la sociedad de consumo actual puede “mejorar” hacia el futuro (y debería hacerlo). Mientras tanto, buena parte de los habitantes del planeta esperan ir acercándose a nuestros niveles de bienestar material. Sin embargo, el nivel de producción y consumo se ha conseguido a costa de agotar los recursos naturales y energéticos, y romper los equilibrios ecológicos de la Tierra.

Nada de esto es nuevo. Las investigadoras y los científicos más lúcidos llevan dándonos fundadas señales de alarma desde principios de los años setenta del siglo XX: de proseguir con las tendencias de crecimiento vigentes (económico, demográfico, en el uso de recursos, generación de contaminantes e incremento de desigualdades) el resultado más probable para el siglo XXI es un colapso civilizatorio.

Hoy se acumulan las noticias que indican que la vía del crecimiento es ya un genocidio a cámara lenta. El declive en la disponibilidad de energía barata, los escenarios catastróficos del cambio climático y las tensiones geopolíticas por los recursos muestran que las tendencias de progreso del pasado se están quebrando.

Frente a este desafío no bastan los mantras cosméticos del desarrollo sostenible, ni la mera apuesta por tecnologías ecoeficientes, ni una supuesta “economía verde” que encubre la mercantilización generalizada de bienes naturales y servicios ecosistémicos. Las soluciones tecnológicas, tanto a la crisis ambiental como al declive energético, son insuficientes. Además, la crisis ecológica no es un tema parcial sino que determina todos los aspectos de la sociedad: alimentación, transporte, industria, urbanización, conflictos bélicos… Se trata, en definitiva, de la base de nuestra economía y de nuestras vidas.

Estamos atrapados en la dinámica perversa de una civilización que si no crece no funciona, y si crece destruye las bases naturales que la hacen posible. Nuestra cultura, tecnólatra y mercadólatra, olvida que somos, de raíz, dependientes de los ecosistemas e interdependientes.

Tenemos ante nosotros el reto de una transformación de calibre análogo al de grandes acontecimientos históricos como la revolución neolítica o la revolución industrial.

La sociedad productivista y consumista no puede ser sustentada por el planeta. Necesitamos construir una nueva civilización capaz de asegurar una vida digna a una enorme población humana (hoy más de 7.200 millones), aún creciente, que habita un mundo de recursos menguantes. Para ello van a ser necesarios cambios radicales en los modos de vida, las formas de producción, el diseño de las ciudades y la organización territorial: y sobre todo en los valores que guían todo lo anterior. Necesitamos una sociedad que tenga como objetivo recuperar el equilibrio con la biosfera, y utilice la investigación, la tecnología, la cultura, la economía y la política para avanzar hacia ese fin. Necesitaremos para ello toda la imaginación política, generosidad moral y creatividad técnica que logremos desplegar.

Pero esta Gran Transformación se topa con dos obstáculos titánicos: la inercia del modo de vida capitalista y los intereses de los grupos privilegiados. Para evitar el caos y la barbarie hacia donde hoy estamos dirigiéndonos, necesitamos una ruptura política profunda con la hegemonía vigente, y una economía que tenga como fin la satisfacción de necesidades sociales dentro de los límites que impone la biosfera, y no el incremento del beneficio privado.

Por suerte, cada vez más gente está reaccionando ante los intentos de las elites de hacerles pagar los platos rotos. Hoy, en países como España, el despertar de dignidad y democracia que supuso el 15M (desde la primavera de 2011) está gestando un proceso constituyente que abre posibilidades para otras formas de organización social.

Sin embargo, es fundamental que los proyectos alternativos tomen conciencia de las implicaciones que suponen los límites del crecimiento y diseñen propuestas de cambio mucho más audaces. La crisis de régimen y la crisis económica sólo se podrán superar si al mismo tiempo se supera la crisis ecológica. En este sentido, no bastan políticas que vuelvan a las recetas del capitalismo keynesiano. Estas políticas nos llevaron, en los decenios que siguieron a la segunda guerra mundial, a un ciclo de expansión que nos colocó en el umbral de los límites del planeta. Un nuevo ciclo de expansión es inviable: no hay base material, ni espacio ecológico y recursos naturales que pudieran sustentarlo.

El siglo XXI será el siglo más decisivo de la historia de la humanidad. Supondrá una gran prueba para todas las culturas y sociedades, y para la especie en su conjunto. Una prueba donde se dirimirá nuestra continuidad en la Tierra y la posibilidad de llamar “humana” a la vida que seamos capaces de organizar después. Tenemos ante nosotros el reto de una transformación de calibre análogo al de grandes acontecimientos históricos como la revolución neolítica o la revolución industrial.

Atención: la ventana de oportunidad se está cerrando. A lo sumo tenemos un lustro para asentar un debate amplio y transversal sobre los límites del crecimiento, y para construir democráticamente alternativas ecológicas y energéticas que sean a la vez rigurosas y viables. Deberíamos ser capaces de ganar grandes mayorías para un cambio de modelo económico, energético, social y cultural. Además de combatir las injusticias originadas por el ejercicio de la dominación y la acumulación de riqueza, hablamos de un modelo que asuma la realidad, haga las paces con la naturaleza y posibilite la vida buena dentro de los límites ecológicos de la Tierra.

Una civilización se acaba y hemos de construir otra nueva. Las consecuencias de no hacer nada --o hacer demasiado poco-- nos llevan directamente al colapso social, económico y ecológico. Pero si empezamos hoy, todavía podemos ser las y los protagonistas de una sociedad solidaria, democrática y en paz con el planeta.


En diversos lugares de la Península Ibérica, Baleares y Canarias, y en el verano de 2014. 

Ada Colau, Alberto Garzón, Antonio Turiel, Antonio Valero, Arcadi Oliveres, Belén Gopegui, Cayo Lara, Enric Duran, Esther Vivas, Ferrán Puig Vilar, Florent Marcellesi, Joan Herrera, Joan Martínez Alier, Joaquín Araujo, José Manuel Naredo, Juan Diego Botto, Juantxo López de Uralde, Justa Montero, Marina Albiol, Olga Rodríguez, Pablo Iglesias Turrión, Teresa Forcades, Teresa Rodríguez, Xosé Manuel Beiras o Yayo Herrero figuran entre las personas que han suscrito el documento.

Si quieres firmar el manifiesto puedes hacerlo a través de este enlace.

¡Tod@s somos Palestina! No es una guerra, es un genocidio


Editorial de Redes Cristianas

Desde hace dos semanas, el Estado de Israel está llevando a cabo una nueva ofensiva militar sobre la Franja de Gaza. Es la cuarta que realiza desde el año 2006 sobre este territorio bloqueado, aislado y totalmente controlado por las fuerzas israelíes. ¡Y siempre con la colaboración, auspicio o empuje de los EEUU!

Una vez más Israel está cometiendo crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad sobre la población indefensa de Gaza, que no tiene ni tuvo nunca ejército, ni refugios, ni lugar adonde huir, debido al bloqueo. Este último fin de semana fue particularmente sangriento: el bombardeo y destrucción del barrio de Shayaíah terminó en la noche del sábado con la vida de unas 80 personas (de ellas, 25 niñas y niños y 15 mujeres) y dejó a unas 400 heridas, muchas de gravedad. La cifra de personas muertas en dos semanas, que aumenta cada hora, está superando las 530, y hay más de 3400 personas heridas.

Gaza es una diminuta franja de tierra de 350 km cuadrados donde viven hacinadas 1.700.000 personas, la mitad tienen menos de 18 años. Es una de las zonas más densamente pobladas del mundo.

Desde hace 7 años Gaza está sometida a un férreo e inhumano bloqueo por tierra, mar y aire por parte de Israel, que controla hasta cuántas calorías diarias ingieren los habitantes de Gaza. La situación humanitaria es dramática, y el 80% de la población sobrevive por la ayuda externa. Israel no permite siquiera la entrada de materiales para reconstruir los edificios e infraestructuras de agua, electricidad y vialidad destruidas en cada nueva agresión. Desde que Egipto clausuró los túneles hace un año, la situación humanitaria se agravó. Con la crisis actual, se habla ya de una verdadera catástrofe humanitaria de grandes proporciones.

Para justificar esta nueva ofensiva criminal, Israel argumenta que “tiene derecho a defenderse” de los cohetes caseros lanzados desde Gaza por la resistencia palestina. Esta afirmación es falsa:

1. La ‘provocación’ no vino de Gaza (de hecho Hamas llevaba casi dos años respetando el alto al fuego alcanzado en 2012): cuando el primer cohete de Hamas cayó en territorio israelí, hacía un mes que Israel estaba llevando a cabo una brutal operación de castigo colectivo en Cisjordania en la que mató a decenas de personas y arrestó a más de 800 (en su mayoría de Hamas), destrozó decenas de casas, invadió pueblos y allanó más de 2000 hogares. El pretexto fueron los tres colonos secuestrados y asesinados (todavía no se sabe por quién); el objetivo real fue golpear a Hamas, destruir su base de apoyo y romper el acuerdo de unidad alcanzado por Hamas y Fatah y el flamante gobierno de unidad nacional palestino.

2. Tanto Hamás como las demás organizaciones políticas (armadas y no armadas) son parte integral de la sociedad palestina que resiste un régimen de ocupación y colonización desde hace ya 66 años. Esa resistencia está amparada en resoluciones de las Naciones Unidas que afirman el derecho legítimo del pueblo palestino a recuperar su territorio y construir en él su Estado, y el derecho de todo pueblo bajo dominación colonial y extranjera o bajo un régimen racista a luchar por todos los medios por su autodeterminación.

Hamas es sólo el último pretexto de Israel. El verdadero objetivo del sionismo ha sido desde sus comienzos borrar al pueblo árabe nativo de su tierra y destruir el proyecto de liberación nacional palestino. Se trata de una campaña de limpieza étnica gradual cuyo objetivo final es vaciar el territorio de población palestina y ocuparlo total y definitivamente por población judía traída de todas partes del mundo.

Por eso en Palestina no hay un “conflicto” ni una “guerra”: hay una ocupación colonial encarnada en el Estado de Israel, que cuenta con el cuarto ejército más poderoso del mundo (incluido el armamento nuclear) y que recibe anualmente de EE.UU. 3000 millones de dólares sólo en ayuda militar. Esa potencia ocupante aplica un régimen de apartheid y de terrorismo de Estado sobre la población palestina, desconociendo sistemáticamente todas las resoluciones de la ONU que le obligan a retirarse de Palestina, y todos los tratados de Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos que garantizan los derechos del pueblo palestino a vivir y a permanecer en su tierra, y de sus millones de refugiados a regresar a ella.

La hipocresía e inoperancia de la comunidad internacional ha permitido que esto continúe durante siete décadas y que periódicamente Israel cometa crímenes de guerra y de lesa humanidad con total impunidad y con la complicidad de los gobiernos, principalmente el de EE.UU, y los medios masivos de Occidente. Como digna excepción, cabe señalar la posición de la Organización de Unidad Africana y la de países latinoamericanos como Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, en condenar esta nueva violación del Derecho Internacional y exigir sanciones a Israel.

Ante esta complicidad hipócrita, los pueblos de todo el mundo están respondiendo al llamado de la sociedad civil palestina y sumándose al movimiento global de Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel para obligarlo a respetar el derecho internacional y las numerosas resoluciones de Naciones Unidas que está violando. Esa campaña global está ganando aliados y éxitos impresionantes y acelerados en todo el mundo, dándole visibilidad a la lucha palestina por la libertad, la justicia, la igualdad y la autodeterminación, y haciendo que Israel esté cada vez más aislado y deslegitimado ante la opinión pública mundial.

Como Redes Cristianas nos unimos a los pueblos del mundo apoyando el movimiento palestino e internacional de Boicot, Desinversión y Sanciones como herramienta para hacer efectiva nuestra solidaridad.

NB. Agradecemos a la Coordinación de Solidaridad con Palestina de Uruguay por sus aportes para este editorial.

13 de julio de 2014

34 Congreso de Teología: del 4 al 7 de septiembre en Madrid. La reforma de la Iglesia desde la opción por los pobres

 
PROGRAMA

JUEVES 4


19:00 – 19:15 h.
SALUDO DE BIENVENIDA Y PRESENTACIÓN DEL CONGRESO
Margarita Mª Pintos. Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII

19:15 – 20:45 h. • PRIMER A PONENCIA
¿FUNDÓ JESÚS LA IGLESIA?
Federico Pastor. Presidente de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII

VIERNES 5

10:00 – 11:30 h. • COMUNICACIONES
Modera: Comunidad Fray Pacífico
Susana Pozo. Asociación Hispano-Ecuatoriana Rumiñaui. La lucha de las mujeres indígenas por su liberación
Teresa Cortés. MOCEOP. Otro ministerio eclesial es posible
Inmaculada Bellido. Asociación Tzadik-Pastoral Juvenil Espíritu Santo. A la iglesia también le salen indignados

Descanso

12:00 – 13:30 h. • PRIMERA MESA REDONDA
EXPERIENCIAS DE REFORMA DE LA IGLESIA
Emiliano Tapia. Parroquia de Salamanca. En el mundo Rural
Ángel Villagrá. Iglesia de Base de Madrid. Iglesia y laicidad
Alejandra Villate. JEC. En el mundo de la Juventud

16:00 – 16:30 h. • AVISOS Y COMUNICACIONES

 16:30 -18:00 h. • SEGUNDA MESA REDONDA
OTRA IGLESIA ES POSIBLE
Joan Godayol. Obispo emérito de Perú. En el ejercicio de la pastoral
Javier Celaya. Gesto Diocesano Solidario de Zaragoza. En la vida comunitaria
José Chamizo. Presidente de la Asociación Voluntarios por Otro Mundo. En el mundo de la exclusión

Descanso

18:30 – 20:00 h. • SEGUNDA PONENCIA
DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS EN LA IGLESIA
José María Castillo. Vicepresidente de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII

SÁBADO 6

10:00 – 11:30 h. • TERCERA PONENCIA
LA IGLESIA ANTE EL NEOLIBERALISMO: CRÍTICA Y ALTERNATIVAS
Zofia Marzez. Catedrática. Universidad de Varsovia

Descanso

12:00 – 13:30 h. • CUARTA PONENCIA
REFORMA DE LA IGLESIA Y LIBERACIÓN EN ÁFRICA
Anne Sidonnie Zoa. Teóloga. Camerún
16:30 – 17:00 h. • AVISOS Y COMUNICACIONES
17:00 – 18:30 h. • QUINTA PONENCIA
HACIA UNA IGLESIA INCLUSIVA DESDE LA OPCIÓN POR LOS MARGINADOS EN AMÉRICA LATINA
Guadalupe Cruz. Teóloga y psicóloga. México

DOMINGO 7

10:00 h. AVISOS
10:10 – 11:30 h. • SEXTA PONENCIA
REFORMA DE LA IGLESIA DESDE LA OPCIÓN POR LOS POBRES
Juan Antonio Estrada. Teólogo y Catedrático de Filosofía. Universidad de Granada

12:30 h.
CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA Y COLECTA SOLIDARIA
Comunidad de La Kasa
MENSAJE DEL 34 CONGRESO DE TEOLOGÍA
La reforma de la Iglesia desde la opción por los pobres




Programa del congreso: PROGRAMA_34 Congreso Teologia 2

11 de julio de 2014

El pacto de las catacumbas


El día 16 de noviembre de 1965, cuando estaba terminando el Concilio Vaticano II (1962-1965), algunos obispos, animados por Dom Helder Câmara, celebraron una misa en las Catacumbas de Santa Domitila e hicieron el Pacto de las Catacumbas de la Iglesia sierva y pobre. Proponían para sí mismos ideales de pobreza y sencillez, dejando sus palacios y viviendo en simples casas o apartamentos. Ahora con el Papa Francisco este pacto gana plena actualidad. Vale la pena recordar los compromisos asumidos por los obispos.

«Nosotros, obispos, reunidos en el Concilio Vaticano II, conscientes de las deficiencias de nuestra vida de pobreza según el evangelio; motivados los unos por los otros, en una iniciativa en que cada uno de nosotros quisiera evitar la excepcionalidad y la presunción; unidos a todos nuestros hermanos de episcopado; contando sobre todo con la gracia y la fuerza de Nuestro Señor Jesucristo, con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras respectivas diócesis; poniéndonos con el pensamiento y la oración ante la Trinidad, ante la Iglesia de Cristo y ante los sacerdotes y los fieles de nuestras diócesis, con humildad y con conciencia de nuestra flaqueza, pero también con toda la determinación y toda la fuerza que Dios nos quiere dar como gracia suya, nos comprometemos a lo siguiente:

1) Procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población, en lo que concierne a casa, alimentación, medios de locomoción y a todo lo que de ahí se sigue.
2) Renunciamos para siempre a la apariencia y a la realidad de la riqueza, especialmente en el vestir (tejidos ricos, colores llamativos, insignias de material precioso). Esos signos deben ser ciertamente evangélicos: ni oro ni plata.
3) No poseeremos inmuebles ni muebles, ni cuenta bancaria, etc. a nuestro nombre; y si fuera necesario tenerlos, pondremos todo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales caritativas.

(...)

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XVII Semana Andaluza de Teología (21-23 de noviembre)

"Seguir a Jesús desde las víctimas"

(pincha en la imagen de los trípticos para poder leer bien)